Pocos meses antes de que Daniel Roher se planteara contar la vida de Alexei Navalny en un documental, el principal líder opositor del gobierno de Vladimir Putin fue envenenado. Este acontecimiento y la posterior condena del activista por parte de un tribunal ruso inspiraron el largometraje, que fue estrenado en Sundance.
La película, producida por HBO Max y CNN Films y reconocida con un Oscar al mejor documental, fue rodada principalmente con objetivos FF High Speed Prime de la gama Sigma Cine. “Al ser un documental político y contemporáneo, necesitábamos una imagen limpia, y las ópticas Sigma nos ofrecieron exactamente ese resultado”, comenta el director de fotografía (DOP) del documental, Niki Waltl.
Este cineasta austriaco con más de diez años en la profesión pasó de realizar vídeos de skateboarding y snowboarding para empezar a estudiar dirección de fotografía en el CECC (Centre d’Estudis Cinematogràfics de Catalunya) de Barcelona. Con él ha hablado el equipo de Sigma América en una entrevista que hemos traducido y adaptado para nuestro blog.
¿Cuál es tu género cinematográfico preferido?
Me gusta mucho rodar documentales. Es liberador poder desplazarte rápidamente con equipos pequeños. Por otro lado, creo que hay una cierta magia en el flujo de trabajo de los proyectos de ficción, en los que puedes iluminar diversos escenarios y trabajar con actores.
En el caso de ‘Navalny’, ¿Pudiste decidir con qué equipo querías trabajar?
Sí, tuve un control casi completo sobre esa decisión. Fue fácil, ya que yo tenía previamente equipo que resultaba apropiado para esta película. Usamos una cámara RED Gemini y objetivos FF High Speed Prime de Sigma Cine. Además, para filmar las entrevistas alquilamos cámaras RED de formato completo.
¿Qué objetivos Sigma se utilizaron en esta producción?
Mi equipo principal de ópticas FF High Speed Prime está formado por un 20mm, un 28mm, un 40mm, un 85mm y un 135mm. Para las escenas de verité usamos principalmente un 40mm en la cámara A y un 85mm en la cámara B. Para las entrevistas utilizamos todas esas distancias focales en diferentes momentos, y como fueron grabadas con hasta cuatro cámaras, también alquilamos un 24mm y un 50mm.
¿Por qué elegiste ópticas FF High Speed Prime de Sigma Cine en este proyecto?
Como se trataba de un documental político y se desarrolla en la época contemporánea, consideramos que era necesaria una imagen limpia. Los objetivos Sigma nos ofrecieron exactamente ese resultado. Además, son muy rápidos y permiten utilizar la máxima apertura sin ningún problema. Este aspecto era fundamental, ya que junto con el director, Daniel Roher, habíamos acordado que queríamos una imagen con poca profundidad de campo.
¿Hubo mucho trabajo de preparación en este documental o se hizo sobre la marcha?
Preparamos las entrevistas al detalle, especialmente la entrevista principal con Alexei Navalny en el bar. Incluso fuimos un día antes para preparar la iluminación y organizar todo con tiempo. Hay otras escenas que también se prepararon bien, como la de Alexei corriendo en la nieve o la de Maria Pevchikh estructurando el tablero de sospechosos. Además, coloqué una ventana difusora simple en la habitación donde se filmó la llamada telefónica. Sin embargo, la mayor parte del documental se filmó con un enfoque clásico verité, es decir, sin ninguna preparación.
¿Cómo logras crear la imagen que deseas cuando estás limitado por varias circunstancias?
Definitivamente me siento más limitado cuando no puedo controlar la luz, que es lo que sucede en la mayoría de rodajes de cine documental. Sin embargo, siempre tienes herramientas para poder solucionarlo. Por ejemplo, intentando agendar las escenas exteriores diurnas por la mañana o al final de la tarde, en vez de filmarlas al mediodía. Además, se le debe prestar atención a la dirección correcta de la luz. En lo personal prefiero colocar la cámara para que el sujeto quede iluminado desde atrás o de costado.
¿Cambió la intención del documental mientras lo estabais rodando?
Puede sonar extraño, pero en esta película se sintió como una historia que se iba desarrollando ante nuestros ojos. Durante los dos meses de rodaje, las cosas cambiaban todo el tiempo y nosotros tratábamos de hacer siempre lo mejor y reaccionar lo más rápido posible, buscando capturar todo de la mejor forma.
Yo creo que gran parte de la intención del documental se descubrió más tarde, en la edición, cuando tuvimos mucho más tiempo para reflexionar sobre los acontecimientos.
¿Tuvisteis miedo a represalias?
Una de las cosas más importantes era mantener la película en secreto mientras la estuviéramos haciendo. Así fue incluso en el estreno en Sundance, donde el documental no había sido anunciado hasta el último minuto para evitar cualquier acción de sabotaje.
¿Cuál es tu mayor meta cuando haces una película?
Mi meta como director de fotografía es encontrar un lenguaje visual que se adapte y apoye la historia. Filmar películas es un proceso colaborativo, por lo que busco aportar herramientas para ayudar a contar la historia, pero siempre en colaboración con los demás departamentos. En el mejor de los casos al final todo se integra y se crea algo especial.
¿Qué se siente al haber sido reconocido con un premio tan prestigioso?
El éxito de la película es sin duda una experiencia especial para los cineastas, pero tengo una sensación agridulce al saber que, detrás de la poderosa historia que ayudé a contar, hay un hombre sufriendo en prisión en la actualidad. Fue gracias a la valentía de Alexei Navalny y su familia que pudimos contar esta historia.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes que quieren ser directores de fotografía?
Creo que es importante ser siempre amables, trabajar durante un tiempo en un departamento de iluminación y hacer muchas fotografías.
Imagen de cabecera: Alexei Navalny (izquierda) sentado junto a Niki Waltl.