“No somos un canal, somos intérpretes de la realidad”, aseguran en la web de OAK stories. Fotógrafo y apasionado por lo documental, el Sigma Ambassador Javier Corso es el director y fundador de esta agencia, una productora audiovisual que prioriza la investigación, la narrativa y el rigor periodístico en cada uno de sus proyectos documentales.
‘Michi’ (camino, en japonés) es el nuevo trabajo de OAK stories. Realizado en colaboración con National Geographic para la prefectura de Wakayama, este proyecto documental busca poner en valor la riqueza inmaterial que existe alrededor de dos de las rutas de peregrinaje más importantes del mundo: el Kumano Kodo, en Japón, y el Camino de Santiago, en España.
El proyecto, que ha llevado a Javier Corso y Guillem Trius dos veces a Japón y una a Galicia, se ha realizado con objetivos Sigma de la gama ‘I series’, en el caso de las fotos, y con ópticas Art para la realización del vídeo. Nos da más detalles acerca de este trabajo el propio Corso.
‘Michi’, el camino
“Empezamos este proyecto con motivo del 25 aniversario de hermanamiento entre Kumano Kodo, que es un camino de peregrinaje en Japón, y el Camino de Santiago, ambos reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Si bien la religión es el hilo conductor en ambas rutas, las personas que recorren estos caminos tienen distintas motivaciones. Caminar te conecta con el territorio de una forma especial. Algo que aprendimos haciendo este trabajo es que el que empieza una ruta se siente muy liberado de todo porque en lo único que tiene que pensar es en caminar.
Actualmente existe algo que se llama ‘pasaporte dual’ para aquellas personas que completan ambas rutas. Es una forma de proteger estas tradiciones y especialmente de dar visibilidad al Kumano Kodo, que es mucho menos conocido que el Camino de Santiago, incluso en Japón.”
Más allá de las imágenes de postal
“Lo que nos planteamos al principio fue evitar las imágenes de tipo postal, porque creemos que hay más capas. Queríamos hablar de cultura, artesanía, tradición y religión a través de la historia de vida de las personas con las que se encuentra el peregrino a lo largo del camino.
La motivación principal fue descubrir esas personas que, si bien no son grandes personalidades, son las que intentan mantener o cuidar las tradiciones relacionadas con su territorio, sea por el producto que fabrican, por el tipo de material que utilizan o por otros motivos.
Ejemplo de esto es un artesano que se dedica a la producción de un tipo de caña de pescar. Es el único que las fabrica en la actualidad. Cuando lo conocimos me enamoré; es de las personas más especiales del proyecto. Fue un regalo encontrarlo y que se prestara a enseñarnos todo el proceso.”
Paralelismos y diferencias
“Mientras que el Camino de Santiago se basa en el catolicismo, en el Kumano Kodo existen las religiones budista y sintoísta, el culto original de Japón. La adoración a los elementos y a los dioses de la naturaleza convive en armonía con el budismo. En el recorrido puedes encontrar templos y santuarios de ambas religiones.
En cuanto a lo geográfico los dos caminos también son bastante diferentes. En Santiago hay diversas rutas, puedes llegar desde distintos puntos de Europa que convergen en la catedral. El Kumano Kodo no es un único camino, y para completarlo tienes que hacer tres peregrinaciones diferentes.
A pesar de estas diferencias, el concepto de hermanamiento entre los dos caminos es mucho más amplio y habla de la relación de las personas con su territorio y sus tradiciones. Esto lo vimos principalmente en el sector de la artesanía, donde hay un paralelismo entre las dos regiones en la forma de entender la creación, los procesos, el tiempo y la importancia del origen de los materiales.”
OAK stories
“Todos los proyectos los trabajamos teniendo en cuenta la relación del ser humano con el mundo. A partir de ahí nos interesa conocer las diferentes culturas, analizando cómo el mundo ha cambiado y el individuo se ha ido adaptando a esos cambios. Creemos que lo que sobrevive a nivel de cultura y tradición -y lo que ha desaparecido- habla del mundo en el que vivimos.
Es imprescindible hacer antes un trabajo de honestidad, entendiendo qué queremos contar en cada historia. También es necesaria la comunicación con las personas protagonistas de la historia que estás contando, y preguntarles qué les gustaría que pase con las imágenes.
Hace unos años, en un trabajo anterior, pasamos toda la primera semana compartiendo las comidas y bebiendo con toda la comunidad pero sin sacar la cámara. Hasta que un día tuvieron confianza y nos abrieron sus puertas. Esto es muy agradecido para un documentalista. Es la parte del proceso que te queda en el recuerdo.”
Aspectos técnicos
“Muchas veces el principal desafío es encontrar el tiempo y el lugar para hacer retratos en los que buscamos controlar la atmósfera. En este caso descubrimos que lo más sencillo era buscar interiores con luz natural tamizada. Era importante que fueran lugares en los que tuviéramos cierto control de la luz y pudiéramos evitar el ruido.
Con las acciones es diferente. Al contrario de los retratos, tienes que dejar que suceda la acción y adaptarte a ella. En fotografía documental lo que hace verídica y fidedigna una imagen es que no perturbe lo que realmente ocurre.
En cuanto a las ópticas, yo trabajo siempre con objetivos fijos. Hay dos focales que no cambio nunca: el 35 y el 24 milímetros. Por debajo de 24 milímetros no suelo utilizar objetivos, porque, para mi gusto, distorsionan mucho la imagen. En algunos casos, principalmente en retratos, también suelo usar el 65 milímetros de los Sigma ‘I series’.
El registro audiovisual es muy importante. Por lo general el mismo proyecto o las historias te lo piden. Nos permite contar el testimonio de una persona a través de su propia voz, lo que no podemos lograr con la fotografía.”