Francisco Romero es uno de los mayores referentes en fotografía de naturaleza en España. Ornitología y Fotografía fueron las dos asignaturas que este andaluz eligió para sus clases extraescolares, cuando descubrió su pasión por los animales y más específicamente por las aves.
El Parque Nacional de Doñana, a escasos metros de su casa, es el escenario de la mayoría de sus trabajos, para los que usa principalmente objetivos Sigma de la gama Sports.
Romero comparte algunos consejos para quienes quieren iniciarse en fotografía de naturaleza: “Por más básicos que puedan parecer, los siguientes aspectos son los cimientos de lo que serán tus resultados en un futuro.”
El equipo
“La norma número uno a tener en cuenta es conocer el equipo como la palma de tu mano. Señal de ello es poder cambiar los diversos parámetros de la cámara y el objetivo sin detenerte a pensar en qué apartado del menú están. Además, es importante conocer las limitaciones de tu equipo, principalmente en cuanto al ISO, el diafragma y la distancia focal.
Cuando nos iniciamos en fotografía de naturaleza muchas veces creemos que cuanta más distancia focal tenga un objetivo, mejor. Generalmente buscamos hacer fotografía de retrato y primeros planos, pero con el tiempo te das cuenta de que el entorno también es importante. Por esto los teleobjetivos cortos o medio-cortos, como un 70-200 milímetros o un 100-400 milímetros, también tienen mucho juego y se les puede sacar mucho partido.
Como es lógico, todo el mundo se inicia con un equipo básico que con el tiempo se puede ir ampliando en función de las necesidades y la modalidad concreta que desarrolle cada fotógrafo. Al principio lo recomendable sería tener un objetivo zoom cuanto más versátil, mejor.
Otro aspecto fundamental es prestar atención a la calidad de los equipos, en el sentido de que estén sellados contra el polvo y las salpicaduras, ya que en fotografía de naturaleza es necesario que soporten cualquier tipo de condición. Es mejor invertir en esto una vez y poder trabajar tranquilamente.
Además, hay tres accesorios imprescindibles: un trípode, porque normalmente trabajamos con teleobjetivos y es muy cansado hacerlo a pulso durante muchas horas; un disparador remoto, para poder fotografiar algunos movimientos específicos, y filtros, que te ayudan en un 70% de las imágenes, ya sea para lograr el punto de luz que quieres, para darle mayor relevancia al cielo o para generar degradados.”
El entorno
“No se llega al campo e inmediatamente empiezas a fotografiar. Has de conocer e interpretar lo que está pasando allí, las especies que se mueven a tu alrededor, la importancia de cada una y el mecanismo de vida que tienen establecido en el ecosistema en el que te encuentras.
Por ejemplo, si sabemos que una especie determinada se alimenta de una planta que se encuentra en ese entorno, podremos saber dónde encontrarla. Poder interpretar ese ecosistema nos ayudará a evitar frustraciones y conseguir nuestros objetivos con una inversión de tiempo menor.
Se requieren muchas horas de campo y de observación de las diversas especies para poder adelantarnos a sus acciones y movimientos.
Otro análisis que debemos hacer es el de las posibilidades que nos brinda un determinado lugar, desde la climatología, el movimiento de la luz conforme se va moviendo el sol, los fondos que podemos aprovechar y las posibles interferencias que podemos tener cuando tomamos imágenes.
Cualquier entorno es válido para fotografiar. Por más inhóspito que te pueda parecer un ecosistema, debemos saber que la naturaleza siempre tiene cosas extraordinarias que enseñarte y siempre nos sorprende.”
Conocimientos técnicos
“La configuración de la cámara y los diferentes parámetros dependerá mucho del tipo de fotografía que queramos hacer. Por ejemplo, si estamos fotografiando fauna, recomiendo utilizar el enfoque continuo abriendo el encuadre de enfoque a todo el sensor. Sin embargo, si hay interferencias, como árboles o ramas, es mejor cerrar el encuadre de enfoque, utilizando los cuatro puntos adyacentes al sujeto.
Además, debemos disparar siempre en ráfaga, ya que en fotografía de naturaleza y de fauna todo sucede muy rápidamente y esta configuración nos permitirá no perdernos la acción.
En cuanto a los valores de velocidad y diafragma, depende mucho de qué estemos fotografiando. En general trabajo con la máxima apertura, porque me gusta generar desenfoques, pero en algunos casos debo priorizar la velocidad para poder congelar un movimiento o cerrar el diafragma para aprovechar una mayor profundidad de campo.
En cuanto a la luz, es importante aprovechar el contraluz, ya que artísticamente aporta muchísimo y suele generar imágenes más plásticas que abocan a la imaginación.
Los mejores momentos para hacer fotografía de naturaleza son el amanecer y el atardecer. Suelen ser también los instantes de mayor actividad de las aves y la fauna en cualquier lugar salvaje.
Mi recomendación es observar el entorno detenidamente durante los días previos, tanto al amanecer como al atardecer, para terminar de definir la hora adecuada.”